viernes, 4 de marzo de 2016

Patricio Falconí/ ANTES SOLO ROBABAN LOS LADRONES

https://youtu.be/1I1A5WG_4vk

Una fotografía vale más que mil estadísticas. Las estadísticas son cifras y datos que a menudo se manipulan y se interpretan a la carta: ah, el paladar oficialista.
Una vieja frase dice que las estadísticas son como los bikinis: enseñan mucho, mucho… pero no lo más importante. La frase ya no me convence: las estadísticas mienten incluso cuando dicen la verdad porque deshumanizan los conceptos, eliminan el contexto, le quitan a la realidad el sistema nervioso central… y nos invitan a robotizar la vida diaria.
Una fotografía para ilustrar. Las cuentas alegres de la estadística: Usted en un hospital no es más el paciente con nombre y apellido, con sexo y profesión. Es la hoja clínica 152535. Si usted se muere, no hay obituario ni misa: su nombre pasa de una base de datos a otra. Punto.     
Estadísticas versus fotografía.  Se afirma que el Ecuador no está en crisis sino en revolución. Hay números y porcentajes. Pero el Estado debe a todos y no paga a nadie. Militares, obreros, policías, profesores, enfermos… se saben maltratados o estafados. La fotografía cruda: la clase media, cagadita y cagona, pronto va a tener que usar el papel higiénico por los dos lados. Para ahorrar platita.
Las obras públicas están paralizadas. La Comisión Anticorrupción descubre sobreprecios. Hay quienes indican que las joyas de  la corona petrolera (los campos Auca, Sacha, en fin) se están subastando a precio de ganga. No es un error. Es un horror. 
Una fotografía que ilustra la corrupción. La Revolución se supone más virgen que la Dolorosa (será porque llora a raudales). Pero no. En el  noveno año de embarazo hay quienes temen un parto de los montes: una corrupción con pecado pero sin pecadores, con robo pero sin ladrones.
El inteligente escritor colombiano Juan Gossaín ha soltado una frase que hiere a todo ciudadano sensible: -Antes solo robaban los ladrones/.  Se entiende. Ahora roba todo el que puede. La fotografía verbal es lapidaria: hay país fallido: aquí a  quien roba le arrancan los huevos. Pero a quien se lleva la gallina de los huevos de oro le limpian el currículo y el culo.

Antes solo robaban los ladrones.