jueves, 28 de abril de 2016

Mercedes Falconí/ PASOS PARA RECONSTRUIR EL ÁNIMO

https://youtu.be/0IyeARBQsxk

En psicología se habla de LA RESILIENCIA (o la capacidad para reconstruir el ánimo).
Los pasos concretos a darse son varios. Pero antes de citarlos voy a aproximarme a lo que significa la acción compartida con un ejemplo claro.  Si un poeta y un carpintero se pasean por el bosque no verán lo mismo. El poeta, ante los árboles, pensará en la belleza de la naturaleza, en los pájaros que cantan, en el perfume de los árboles. El carpintero, por su parte, verá los muebles.
Si usted quiere ayudar en la reconstrucción del ánimo de la gente afectada, hay que admitir que cada persona, como en el ejemplo anterior está para cumplir un papel distinto pero complementario. Usted puede ser poeta o carpintero, pero no necesariamente las dos cosas. Puede ser músico o enfermera, pescador o maestra: lo importante es cumplir a cabalidad la tarea sin hacer de menos la del otro y sin olvidar lo que tenemos en común: el factor humano.
Los pasos que citaré no son una receta: son, más bien, una motivación para la ayuda psicológica y social a grupos.
Luego de un terremoto, el ser humano siente que es frágil porque se ha movido lo más firme: el piso que lo sostiene. Se ha destruido el techo de la casa. Han muerto los familiares. Ante estas pérdidas y desconsuelos, qué hacer:
1.Acercarse al prójimo con las manos abiertas y los brazos listos para el abrazo fraterno, de vida y alegría, a pesar de todo. El célebre neurocientífico Facundo Manes nos dice:   
“Las neurociencias habían reconocido durante mucho tiempo fibras nerviosas que transmiten el dolor, la textura y la temperatura. Recientemente se ha demostrado que también tenemos fibras nerviosas adaptadas especialmente para el tipo de contacto social que realizamos al saludar o calmar a alguien o cuando abrazamos a nuestros niños. Estas fibras están calibradas para los movimientos lentos y suaves y son abundantes en las partes del cuerpo que instintivamente palmeamos (por ejemplo, el hombro y la espalda, la parte superior de la cabeza)”.

Pues de eso se trata: de acercarse al prójimo con las caricias necesarias que desactiven, de entrada, progresivamente, el estrés (producto del terremoto) y la ansiedad (producto de la relación desmesurada entre la experiencia vivida y el futuro).

El abrazo también puede venir de un perrito. Un perro no solo es compañía, es un confidente, es un ser vivo que rompe el hielo y teje las emociones de la gente. Nos vuelve lúdicos. Nos saca de la pasividad, de la tristeza, y nos obliga a atenderle a jugar. Nos crea amistades con otros perros y con sus dueños. Es un compañero que nos brinda cariño y lealtad. 

2. Luego de este primer contacto hay que evitar el aislamiento. La gente que está aislada o ha sido rescatada de una catástrofe, necesita tener contacto humano: cantarle a la vida.
-Agárrense de las manos unos a otros conmigo. La canción ayuda. Nos pone en contacto, a través de la melodía.

3. La gente reunida puede contar sus experiencias. Dar vida a los otros, servir como motivación. La terapia opera cuando se habla, cuando se cuenta, cuando se narra. Toda persona celebra estar viva.

4. Es importante que la gente víctima de una catástrofe, no solo se siente escuchada, sino que vaya más allá: que sienta que artistas, futbolistas, cantantes, sacerdotes, socorristas, gente solidaria en general, está pendiente de su vida, porque le importa su salud y su recuperación. Las vibras se trasmiten y generan un círculo virtuoso que alivia el dolor y reconcilia a la gente con la vida.

5. Cuando la gente ve y siente que su vida es valorada, a menudo se anima a cantar. Incluso, da un paso más: baila, como se ve que han bailado los niños y las niñas en Esmeraldas, en un video que ha circulado en las redes sociales. El baile ayuda a  sacar los escombros del cuerpo. A liberarse del dolor y la ansiedad. El baile ayuda a retornar a la normalidad.

6. Un gran estímulo es lograr que la víctima del terremoto puede verse, poco a poco, como alguien que vive en el futuro: es decir, como alguien que sobrevive normalmente. Que empieza a hacer planes y proyectos. El creyente puede, incluso, dar gracias a Dios.

7. Los bienes materiales son necesarios, como punto de partida, para reconstruir el ánimo. Para que la resiliencia se produzca.


No olvide. Usted puede ser, poeta o carpintero, cantante o pescador, peluquera o comerciante, cocinero o madre de familia… La vida empieza cada día.               

miércoles, 20 de abril de 2016

Patricio Falconí/ TERREMOTO EN EL ECUADOR: ANALFABETISMO CIENTÍFICO Y PERIODÍSTICO

https://youtu.be/vZQpx5nCVok

Cuando a un pueblo le empiezan a faltar medicamentos, alimentos, hospitales, médicos y paramédicos, e incluso ataúdes, esta carencia se detecta más temprano que tarde.  El terremoto que ha devastado a la provincia de Manabí nos ha puesto en evidencia. A pesar de todo lo que anuncia la Revolución Ciudadana, nos faltan los insumos necesarios para vivir y sobrevivir. El país no es un jaguar, sino un mendigo. 
Estamos ante una catástrofe y no voy a cometer el disparate de inculpar a Rafael Correa como responsable. Pero ahora que faltan recursos, cómo me puedo olvidar de algo que el gobierno siempre ha menospreciado: contar con reservas líquidas para las emergencias. Si revisamos los datos, cuando Correa asumió el poder había un fondo de solidaridad: el  26 de noviembre de 2009 ese fondo era de con 12 mil millones de dólares. Todo se esfumó: se volvió gasto corriente porque no se necesitaba. No se ahorró ni un dólar más.
Cuando se produce una catástrofe nos percatamos de además de algo que pasa habitualmente desapercibido: el analfabetismo científico. El Ecuador es parte del Cinturón de Fuego del Pacífico: se encuentra ubicado en la zona donde se producen los mayores y más frecuentes terremotos y tsunamis del planeta. Pero el país no cuenta, hasta donde sabemos, con la mínima tecnología (como hay en Japón, México, Chile) que anuncia con segundos de anticipación que una catástrofe se va a producir. Ahora, con el terremoto, descubrimos que se tiró una millonada en Yachay, pero que no se invirtió nada en seguridad. Sorprende e indigna. 
El analfabetismo periodístico no se nota cuando la publicidad sustituye a la información. Sin embargo, cuando se produce una tragedia la publicidad no es suficiente: el país, luego de la tragedia, no recibió ni un solo dato oficial durante horas.
Se dirá que no es el momento de cuestionar sino de recurrir a la generosidad de la sociedad civil, sociedad que casualmente fue cuestionada por Rafael Correa en el Vaticano. La sociedad civil que ahora,  a falta de una acción del sector público, se mueve y defiende la vida. El Ecuador y los músicos del Titanic: solo que aquí se canta tramposamente al Che Guevara mientras el barco naufraga.