jueves, 30 de junio de 2016

Patricio Falconí / ESE MAN ES AGENTE DE LA CÍA

https://youtu.be/xhP71f1yN3I

SER O NO SER: Identifique a los Agentes de la CÍA EN ECUADOR

Dice Pitigrilli, el gran humorista italiano, que las cosas no son como son sino como se miran. Si mientras contemplas la cena de Leonardo no te dicen: ¡Qué cara de traidor tiene el cuarto, comenzando por la izquierda!, no sabes cuál de los doce discípulos es Judas. Pero apenas te han dicho cuál es Judas, le ves cara de infame. Además encuentras raro que no sea negro ni gay, aunque quién sabe. 
He recordado a Pitigrilli luego de haber visto el documental la CIA EN EL ECUADOR preparado en salsa chavista leninista por el canal TELESUR. En el documental aparecen varios amigos míos, a quienes desde ahora los llamaré ex amigos. La ducha es necesaria. Por civismo y amor a la patria.    
Christian Zurita y Juan Carlos Calderón tienen (hoy me percato) una mirada esquiva, fugitiva, de tramposos. A Zurita lo conocí como un periodista justiciero, que amaba la palabra precisa. Además era discípulo de mi amigo Simón Espinosa Cordero, conocido agente de la Central de Inteligencia que ahora trabaja como agente de la Comisión Anticorrupción. Calderón se presenta como hincha de la Liga y juega a investigador, pero yo creo que así como a los locutores les dictan las alineaciones de los equipos… a él le dictan los informes que recita. Para mí, Zurita y Calderón aman el american way, ambos son empleados del GRAN HERMANO imperial, igual que BONIL.  
Martín Pallares, nieto de Benjamín Carrión y cuñado del Pájaro (Mc Donald) Febres Cordero, es un agente al que lo denuncia la fisionómica: alto, agringado, rostro compungido propio de una infancia violenta. A este Martín lo conocí en la oficina de don Rodrigo Paz, donde yo, posiblemente por pendejo, no pude hacerme (en la puerta del horno) agente de la CIA.
O lo que es peor: ni siquiera me enteré de que lo era. Ahora que soy inteligente gracias a Telesur, creo que yo debo ser agente de la CIA aunque nunca supe dónde cobrar el sueldo. En venganza, confieso que no he dejado mis informes en cartas anónimas, sino en graffitis y libros impresos.       
José Hernández no es mi amigo. Pero en la entrevista que le hace Carlos Vera en el portal ECUADOR EN VIVO, es evidente que Vera y Hernández  se miran con una complicidad que no proviene del enamoramiento recíproco, sino del temor con el que un agente de la CIA le mira a otro agente de la CIA: así como diciendo, vamos, miénteme bonito, pero sin meterme el dedo. Ambos creen en Adán, en el chicle y en la Coca Cola.   
Martha Roldós es hija de Jaime Roldós Aguilera. El doctor Jaime murió en un accidente de aviación. Se dice que el accidente no ha sido investigado. Frase hueca. Cualquier lector de Sherlock Holmes sabe que una agencia activa y verdadera solo mata a los propios para que no revelen los mejores secretos. Esto me lleva a pensar que Roldós murió en su ley: era agente de la CIA y agente también es su hija Martha y su hijo teatrero.
Gustavo y Marcelo Larrea son políticos misteriosos: en la medida en que solo pueden serlo los que esconden un secreto, un sueldo, una credencial oscura. Si hacen un survey: todo el país les dirá: Agentes GO HOME.   
César Ricaurte me despierta sospechas: FUNDAMEDIOS funciona sin medios… Y eso da qué pensar… Por lo menos en un paraíso fiscal.  
Roberto Aguilar  es veneno sin destinatario preciso. El papel triste de francotirador sin puntería solo lo cumple alguien que recibe (creo) billete electrónico desde USA que te USA.
El periodista Fernando Villavicencio elabora denuncias enormes que, según mucha gente, nunca están equivocadas…  Esto significa que las denuncias solo pueden haber sido elaboradas por un Comité de la CIA. Ergo: el periodista Villavicencio no es de la agencia. Es menso útil.
Dice Pitigrilli: Creo en la existencia de Dios, a pesar de todas  las estupideces que me han contado para hacérmelo creer.

Cuántas estupideces cuentan los agentes. Y yo, buen pendejo sin sueldo,  con tanta frecuencia los creo.

jueves, 9 de junio de 2016

Patricio FALconí/ EL IVA Y EL PPP: POBRE PAÍS PENDEJO

https://youtu.be/ybAYdu1IT0E

FAL EL IVA Y EL PPP: POBRE PAÍS PENDEJO
Soy militante del partido más grande del Ecuador: el PPP, que significa POBRE PAÍS PENDEJO. Por lo mismo, usted olvídese de mis pendejadas: en la sociedad limitada, limitadita, para qué recordar que la corrupción se ha convertido en sociedad anónima.       
Hay un chiste perverso y picante que en Argentina se escucha con frecuencia. Alguien pregunta:
-¿Qué hago para instalar una empresa pequeña?
-Fácil, che. Instalá una empresa grande. Así, dentro un año el gobierno con los impuestos, el IVA, las comisiones, te la convierte en chiquita, en una huevada…
El chiste podría aplicarse en el Ecuador. Pero no. Aquí esa política se llama democracia participativa. Aquí los impuestos han crecido para todos. Han crecido tanto como los correístas latisueldo, huillis huillis de guerrilleros, que deberían cobrar sus sueldos en dinero electrónico.  

Un militante del PPP (Pobre País Pendejo) no dice más. Mi admiración a los revolucionarios más IVA: toman wisky escocés pero, tácticos como son, eructan aguardientico o pájaro azul. Es una habilidad revolucionara para estar junto al pueblo.