jueves, 14 de junio de 2012


 Patricio Falconí Almeida es un ocioso ocurrente que se autodefine como un pendejo ilustre en libre ejercicio profesional. Explica a los lectores:
-No requiero esforzarme mucho para poner veneno en la tacita de café de los poderosos mortales que se creen inmortales. Esta tarea  la cumplo sin recibir ningún beneficio a cambio. Al revés, no pocas veces soy blanco de perjuicios, calumnias y furias institucionales.
Patricio FAL también expresa:
-El artículo número uno del Código del Honor de un pendejo honorable, que busca armarse caballero, es no dejarse meter el dedo ni por el fútbol ni por la política ni por la banca, ni por la puta vanidad que nos tienta a todos. Algo más. Higiénico por dentro y por fuera, soy apolítico por exceso de ideas; pero también ateo y laico,  por sobra de espiritualidad.

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