Cuando
a un pueblo le empiezan a faltar medicamentos, alimentos, hospitales, médicos y
paramédicos, e incluso ataúdes, esta carencia se detecta más temprano que
tarde. El terremoto que ha
devastado a la provincia de Manabí nos ha puesto en evidencia. A pesar de todo
lo que anuncia la Revolución Ciudadana, nos faltan los insumos necesarios para
vivir y sobrevivir. El país no es un jaguar, sino un mendigo.
Estamos
ante una catástrofe y no voy a cometer el disparate de inculpar a Rafael Correa
como responsable. Pero ahora que faltan recursos, cómo me puedo olvidar de algo
que el gobierno siempre ha menospreciado: contar con reservas líquidas para las
emergencias. Si revisamos los datos, cuando Correa asumió el poder había un
fondo de solidaridad: el 26 de
noviembre de 2009 ese fondo era de con 12 mil millones de dólares. Todo se
esfumó: se volvió gasto corriente porque no se necesitaba. No se ahorró ni un
dólar más.
Cuando
se produce una catástrofe nos percatamos de además de algo que pasa
habitualmente desapercibido: el analfabetismo científico. El Ecuador es parte
del Cinturón de Fuego del Pacífico: se encuentra ubicado en la zona donde se
producen los mayores y más frecuentes terremotos y tsunamis del planeta. Pero
el país no cuenta, hasta donde sabemos, con la mínima tecnología (como hay en
Japón, México, Chile) que anuncia con segundos de anticipación que una
catástrofe se va a producir. Ahora, con el terremoto, descubrimos que se tiró
una millonada en Yachay, pero que no se invirtió nada en seguridad. Sorprende e
indigna.
El
analfabetismo periodístico no se nota cuando la publicidad sustituye a la
información. Sin embargo, cuando se produce una tragedia la publicidad no es
suficiente: el país, luego de la tragedia, no recibió ni un solo dato oficial
durante horas.
Se dirá que no es el momento de cuestionar sino de recurrir a la
generosidad de la sociedad civil, sociedad que casualmente fue cuestionada por
Rafael Correa en el Vaticano. La sociedad civil que ahora, a falta de una acción del sector
público, se mueve y defiende la vida. El Ecuador y los músicos del Titanic:
solo que aquí se canta tramposamente al Che Guevara mientras el barco naufraga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario