miércoles, 20 de abril de 2016

Patricio Falconí/ TERREMOTO EN EL ECUADOR: ANALFABETISMO CIENTÍFICO Y PERIODÍSTICO

https://youtu.be/vZQpx5nCVok

Cuando a un pueblo le empiezan a faltar medicamentos, alimentos, hospitales, médicos y paramédicos, e incluso ataúdes, esta carencia se detecta más temprano que tarde.  El terremoto que ha devastado a la provincia de Manabí nos ha puesto en evidencia. A pesar de todo lo que anuncia la Revolución Ciudadana, nos faltan los insumos necesarios para vivir y sobrevivir. El país no es un jaguar, sino un mendigo. 
Estamos ante una catástrofe y no voy a cometer el disparate de inculpar a Rafael Correa como responsable. Pero ahora que faltan recursos, cómo me puedo olvidar de algo que el gobierno siempre ha menospreciado: contar con reservas líquidas para las emergencias. Si revisamos los datos, cuando Correa asumió el poder había un fondo de solidaridad: el  26 de noviembre de 2009 ese fondo era de con 12 mil millones de dólares. Todo se esfumó: se volvió gasto corriente porque no se necesitaba. No se ahorró ni un dólar más.
Cuando se produce una catástrofe nos percatamos de además de algo que pasa habitualmente desapercibido: el analfabetismo científico. El Ecuador es parte del Cinturón de Fuego del Pacífico: se encuentra ubicado en la zona donde se producen los mayores y más frecuentes terremotos y tsunamis del planeta. Pero el país no cuenta, hasta donde sabemos, con la mínima tecnología (como hay en Japón, México, Chile) que anuncia con segundos de anticipación que una catástrofe se va a producir. Ahora, con el terremoto, descubrimos que se tiró una millonada en Yachay, pero que no se invirtió nada en seguridad. Sorprende e indigna. 
El analfabetismo periodístico no se nota cuando la publicidad sustituye a la información. Sin embargo, cuando se produce una tragedia la publicidad no es suficiente: el país, luego de la tragedia, no recibió ni un solo dato oficial durante horas.
Se dirá que no es el momento de cuestionar sino de recurrir a la generosidad de la sociedad civil, sociedad que casualmente fue cuestionada por Rafael Correa en el Vaticano. La sociedad civil que ahora,  a falta de una acción del sector público, se mueve y defiende la vida. El Ecuador y los músicos del Titanic: solo que aquí se canta tramposamente al Che Guevara mientras el barco naufraga.             

No hay comentarios:

Publicar un comentario