https://youtu.be/0IyeARBQsxk
En psicología se habla de LA
RESILIENCIA (o la capacidad para reconstruir el ánimo).
Los pasos concretos a darse son
varios. Pero antes de citarlos voy a aproximarme a lo que significa la acción
compartida con un ejemplo claro. Si
un poeta y un carpintero se pasean por el bosque no verán lo mismo. El poeta,
ante los árboles, pensará en la belleza de la naturaleza, en los pájaros que
cantan, en el perfume de los árboles. El carpintero, por su parte, verá los
muebles.
Si usted quiere ayudar en la
reconstrucción del ánimo de la gente afectada, hay que admitir que cada
persona, como en el ejemplo anterior está para cumplir un papel distinto pero
complementario. Usted puede ser poeta o carpintero, pero no necesariamente las
dos cosas. Puede ser músico o enfermera, pescador o maestra: lo importante es
cumplir a cabalidad la tarea sin hacer de menos la del otro y sin olvidar lo
que tenemos en común: el factor humano.
Los pasos que citaré no son una
receta: son, más bien, una motivación para la ayuda psicológica y social a grupos.
Luego de un terremoto, el ser
humano siente que es frágil porque se ha movido lo más firme: el piso que lo
sostiene. Se ha destruido el techo de la casa. Han muerto los familiares. Ante
estas pérdidas y desconsuelos, qué hacer:
1.Acercarse al prójimo con las
manos abiertas y los brazos listos para el abrazo fraterno, de vida y alegría,
a pesar de todo. El célebre neurocientífico Facundo Manes nos dice:
“Las neurociencias habían reconocido durante mucho tiempo fibras nerviosas que
transmiten el dolor, la textura y la temperatura. Recientemente se ha
demostrado que también tenemos fibras nerviosas adaptadas especialmente para el
tipo de contacto social que realizamos al saludar o calmar a alguien o cuando
abrazamos a nuestros niños. Estas fibras están calibradas para los movimientos
lentos y suaves y son abundantes en las partes del cuerpo que instintivamente
palmeamos (por ejemplo, el hombro y la espalda, la parte superior de la cabeza)”.
Pues de eso se trata: de acercarse al prójimo con las
caricias necesarias que desactiven, de entrada, progresivamente, el estrés
(producto del terremoto) y la ansiedad (producto de la relación desmesurada
entre la experiencia vivida y el futuro).
El abrazo también puede venir de un perrito. Un perro no
solo es compañía, es un confidente, es un ser vivo que rompe el hielo y teje
las emociones de la gente. Nos vuelve lúdicos. Nos saca de la pasividad, de la
tristeza, y nos obliga a atenderle a jugar. Nos crea amistades con otros perros
y con sus dueños. Es un compañero que nos brinda cariño y lealtad.
2. Luego de este primer contacto
hay que evitar el aislamiento. La gente que está aislada o ha sido rescatada de
una catástrofe, necesita tener contacto humano: cantarle a la vida.
-Agárrense de las manos unos a
otros conmigo. La canción ayuda. Nos pone en contacto, a través de la melodía.
3. La gente reunida puede contar
sus experiencias. Dar vida a los otros, servir como motivación. La terapia
opera cuando se habla, cuando se cuenta, cuando se narra. Toda persona celebra
estar viva.
4. Es importante que la gente
víctima de una catástrofe, no solo se siente escuchada, sino que vaya más allá:
que sienta que artistas, futbolistas, cantantes, sacerdotes, socorristas, gente
solidaria en general, está pendiente de su vida, porque le importa su salud y
su recuperación. Las vibras se trasmiten y generan un círculo virtuoso que
alivia el dolor y reconcilia a la gente con la vida.
5. Cuando la gente ve y siente
que su vida es valorada, a menudo se anima a cantar. Incluso, da un paso más:
baila, como se ve que han bailado los niños y las niñas en Esmeraldas, en un
video que ha circulado en las redes sociales. El baile ayuda a sacar los escombros del cuerpo. A
liberarse del dolor y la ansiedad. El baile ayuda a retornar a la normalidad.
6. Un gran estímulo es lograr que
la víctima del terremoto puede verse, poco a poco, como alguien que vive en el
futuro: es decir, como alguien que sobrevive normalmente. Que empieza a hacer
planes y proyectos. El creyente puede, incluso, dar gracias a Dios.
7. Los bienes materiales son
necesarios, como punto de partida, para reconstruir el ánimo. Para que la
resiliencia se produzca.
No olvide. Usted puede ser, poeta
o carpintero, cantante o pescador, peluquera o comerciante, cocinero o madre de
familia… La vida empieza cada día.