La
CASA que el maestro Benjamín Carrión concibió como CUNA de la CULTURA… se ha
convertido, perdón por la frase,
en CAMA GENERAL. La burocracia cultureta bronquea en la Casa/Cama sin
temor ni favor. La letra de BURUNDANGA, una pegajosa canción de Celia Cruz,
cuenta la bronca:
-Songo
le dio a borondongo/ borondongo le dio a Bernabé/ Bernabé le pegó a Muchilanga
le echó a Burundanga/ les hinchan los pies…
La
Casa de la Cultura necesita pensar el mundo a la velocidad que va; aproximarse
sin anestesias ideológicas a las revoluciones frustradas; al colapso ecológico;
al movimiento de los indignados; a la crisis sistémica del capitalismo, el corazón del socialismo que no fue… Hay
que pensar las matemáticas, la robotización, la poesía, la novela, la bioética;
pensar también lo que no tiene tiempo y nos sacude a todos: el amor.
Dejen
de sacar cadáveres del clóset. No muestren más la basura que está bajo la
alfombra. Tiren la cadena del baño.
La
política y la economía deben ser las criadas de la cultura, y no al revés. La
cultura no puede volverse en la pordiosera que usa la puerta de servicio de ese
puticlub que se llama POLÍTICA CRIOLLA. La política analfabeta siempre sigue la
estrategia de las gallinas en el gallinero: comen mierda pero se limpian el
pico. Los huevos de oro nunca asoman.
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