MERCEDES
FALCONÍ RAMOS BEETHOVEN: SENTIR LA ETERNIDAD
Mercedes
Falconí Ramos tiene ahora dos pasiones que se integran: la primera es oír a
Beethoven; la segunda es bailar música moderna. Ambas actividades no se
oponen.
Con la
danza, el cuerpo se reencuentra con todos los sentidos y los pone en ON, en
activo eléctrico.
Con
Beethoven, la vida recupera la necesaria la sensación de eternidad, que es una
sensación espiritual y subversiva, mística y neuronal. Eso es. Porque sin
inteligencia, la música del maestro alemán es como una danza de cojos (samba do
coxos, como dicen tan musicalmente en portugués).
Mercedes
Falconí comenta:
-La música
es siempre un relato o narración que exige, como toda lectura seria,
concentración y pistas. Por eso, a Beethoven hay que oírlo, de preferencia, sin
danza ni coreografías.
Mercedes nos
dice además, que la música clásica ha sido –no pocas veces– utilizada
políticamente. La Quinta Sinfonía de Beethoven, materia del éxtasis y análisis
de Mercedes, fue utilizada en la Guerra Mundial por los ingleses… La
utilizaron, precisa y ferozmente, contra los alemanes.
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