miércoles, 23 de enero de 2013

Patricio FALCONÍ ALMEIDA (Patricio FAL) se indigna contra los fariseos oportunistas que ahora condenan al ciclista  LANCE ARMSTRONG.


Patricio FAL / DEPORTE: LANCE ARMSTRONG NO ES HITLER 


Patricio FAL se indigna y protesta: no es justo que todos, hombres y mujeres, olvidando la condición de tramposos, mentirosos y pecadores, lancen la primera piedra y la tercera y la mil y la cien mil, con hipocresía y mala fe, contra el ciclista americano LANCE ARMSTRONG, campeón de ruta de todos los tiempos. FAL admite que el ciclista fue, mientras competía, un tramposo. Admite que luego, ante las denuncias, mintió. Eso no se discute. Lo que le sorprende a Patricio FAL es que el totalitarismo NAZI sigue vigente en el siglo XXI (el siglo de la ciencia y la comunicación), siglo en el que los más bravos e indignados son los que siempre trampean, mienten y estafan: las transnacionales, el sponsor mundial: el auspiciante de uno y otro nombre, que no ama el campeón de turno… Porque, la verdad sea dicha: ama el dinero. Solo el dinero. Los que se aprovecharon del ciclista Armstrong ahora lo tratan como si el ex campeón fuese una copia de HITLER. Todos, furiosos, lo quieren meter en un horno crematorio.
FAL protesta porque vivimos la era de la trampa: las reinas  de belleza se ponen tetas falsas y se agrandan los culos, los políticos mienten en público y en privado, los bancos alteran los balances, los medios de comunicación no buscan necesariamente la verdad: buscan el beneficio de sus propietarios. Los intelectuales no solo copian y plagian: usan estimulantes químicos.
El ciclista ARMSTRONG fue un ídolo mundial y un gran campeón no por haberse dopado: primero tuvo unas condiciones físicas privilegiadas, luego mucho entrenamiento, después mucha disciplina y sacrificio, luego mucha valentía. En cada tours de Francia arriesgaba la vida cuando bajada a 140 kilómetros por hora. Patricio Falconí concluye: -El furor de la gloria personal y el furor económico de sus auspiciantes le metieron en la trampa y en dopaje. Pero Armstrong no es Hitler. Y usted no es un santo ni una santa.  

  



             


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